Manifiesto

Contenido publicado el 12 de mayo de 2008, editado por última vez el 21 de diciembre de 2014

Siempre se ha apuntado como uno de los problemas más importantes en torno a la extensión igualitaria de la informática el de la cuestión económica. El elevado coste de algunos de los equipos, servicios y aparatos del mundo informático es un factor clave para la existencia de la “brecha digital” y para la corta extensión de la sociedad de la información en muchos entornos.

Dentro de la cuestión económica, sin embargo, la necesidad constante de actualizaciones de software y reemplazo de equipos es uno de los sumandos que hacen más importante el desembolso necesario para formar parte de la sociedad de la información. Por otro lado, la potencia de los nuevos equipos, siempre en aumento, parece que hace palidecer la potencia de sus versiones anteriores, generando un espejismo de progreso eterno que conlleva una cadena de uso-desecho-reemplazo imparable e incontestable.

La verdad es que, desde hace unos años, cualquier ordenador tiene una potencia de cálculo muy considerable, y pensar que ha quedado “obsoleto” resulta ciertamente erróneo. En efecto, los ordenadores de hace 4 ó 5 años tal vez no sean capaces de funcionar con las últimas versiones de cada aplicación informática, pero desde luego que, con el correcto software, pueden servir perfectamente como puestos de trabajo o como ordenadores de uso doméstico para cumplir las funciones más habituales de los usuarios de informática. Es evidente que, como otros muchos objetos, los ordenadores tienen una determinada vida útil, pero también es cierto que muchos de ellos se desechan antes de que la hayan cumplido, cuando sufren una avería o tienen un problema de hardware fácil de solucionar.

Para poder acceder a la recuperación de los equipos que quedan obsoletos y son desechados hay que disponer de unos ciertos conocimientos específicos al respecto que no son fáciles de adquirir en planes de formación reglados. En realidad los cursos de informática comunes, generalmente encaminados al uso del software, siempre se centran en una visión muy comercial del mismo, dando formación basada en las ultimísimas versiones de cada programa en equipos de último modelo, ambos recursos no siempre disponibles para el usuario medio. El asunto del desecho de los equipos viejos, que en el ámbito doméstico puede parecer un problema menor, es para las administraciones un asunto que, además de los problemas logísticos que conlleva, supone un gran gasto económico, no sólo en nuevos equipos, sino también en licencias de software y otros gastos indirectos.

Por otro lado estos objetos, pese a estar averiados, están compuestos por múltiples piezas que por separado pueden ser útiles para construir otros aparatos más o menos útiles. Basta dar una vuelta por internet para ver la gran miscelánea de inventos y cachivaches creados de un modo amateur. Es cierto que estas propuestas no son realmente la base para solucionar la sobreproducción de basura tecnológica, pero sí son una vía más para llamar la atención sobre el fenómeno.

La ayuda que nos ha concedido la Dirección General de Cooperación y Comunicación Cultural va a ser invertida en la ideación, desarrollo y ejecución de este proyecto, entendiendo que supone una actividad innovadora en materia de acción cultural tanto por su temática como por su formato, sus objetivos, los públicos a los que va dirigido y la manera que tiene de dirigirse a éstos.

1 Comentario »

Un comentario


  1. Laura Dice:

    Hola gente de Obsoletos!
    Tengo algunas cosas que pienso que a lo mejor me podéis orientar para darles un mejor uso que el de llevarlas al punto limpio.
    Son una placas de RDSI, un portátil, una CPU, routers, ratones de cable antiguo, teclados …
    Si vosotros le vais a dar una segunda vida, o si conocéis alguna asociación que las saque partido estaría genial saberlo. Un saludo!

    Laura